Saturday, August 16, 2008

La prehistoria en China

En plena celebración de los JJ.OO., este blog dedica un nuevo artículo a China, anfitrión de la cita olímpica. Sorprende enormemente que aún no se haya publicado en internet ningún monográfico en castellano dedicado a la prehistoria del gigante asiático, por lo que este post resumirá los hitos más significativos del período en cuestión. Las informaciones que se basan, fundamentalmente, en los datos contenidos en L’articulació de l’Àsia Oriental. El naixement del món xinès, de Dolors Folch ((Universitat Oberta de Calaunya: Barcelona, 2005).

Los primeros indicios arqueológicos de la presencia humana en China se remontan al Paleolítico Inferior. A esta etapa corresponden los restos hallados del denominado Hombre de Pekín (北京人) —Homo Erectus Pekinensis o Sinanthropus Pekinensis—, que vivió hace 500.000 años. La autora sitúa ya una clara «diferenciación regional» en el Paleolítico Superior (50.000-12.000 a.C.), al tiempo que asegura que al final del Pleistoceno (ca. 10000 aC.) los pobladores de la zona destacaban por su gran habilidad en el trabajo de la piedra y otros materiales destinados a la producción de armas de caza (tales como huesos o cuernos).

Durante el Neolítico (5000-3000 a.C.), se produce la aparición de las primeras culturas diferenciadas en el norte de la actual China (las de Yangshao, Dawenkou y las del río Liao, como la de Hongshang), y en el sur, donde irrumpen las llamadas culturas del río Yangzi o Azul.

La cultura de Yangshao (仰韶文化) se desarrolló entre 5000 y 3000 a.C., y debe su nombre al pueblo en el que se hallaron los primeros vestigios coetáneos en 1921, en la provincia de Henan. Esta etapa se consolidó en las llamadas tierras de loess, formadas por lodos de tierra caliza presentes a lo largo del valle del río Amarillo o Huáng Hé y de sus afluentes, el Wen y el Fei. Los pueblos que habitaban la zona vivían de la caza, de la recolección y de la pesca, favorecida por la proximidad de las redes fluviales. De esta última actividad da fe la decoración de algunas piezas de cerámica. Sin embargo, también se conocían numerosos productos agrícolas, tales como el mijo, el albaricoque, la soja o la col china. Las viviendas de los poblados de Yangshao se distribuían alrededor de una plaza central. La disparidad de tamaño de los restos arquitectónicos y de las necrópolis descubiertas sugieren la existencia de una sociedad meramente igualitaria, organizada en clanes o linajes.

La península de Shandong albergó entre los años 4500 y 2700 a.C., aproximadamente, la cultura de Dawenkou (大汶口文化), a la que corresponden unos 200 yacimientos estudiados. La alimentación se basaba en la pesca, que tenía lugar en las marismas de la desembocadura del Huáng Hé, y en la agricultura. En el ámbito de las artes aplicadas, cabe reseñar la producción de cerámica, caracterizada por piezas poco sólidas y polícromas y por la aparición de trípodes (díng). Tampoco hay que obviar la presencia de objetos ornamentales, realizados con piedras, jades y huesos. La cultura funeraria apunta una estructuración social más compleja que en la etapa Yangshao.

Más al norte, a la orilla del río Liao, tuvo lugar entre el 4000 y el 3000 a.C. la cultura de Hongshan (红山文化). Las tumbas halladas parecen corrobar el liderazgo de una élite dirigente articulada en tres niveles, así como un nutrido y bello muestrario de objetos de jade. Por otro lado, el descubrimiento en este período de huesos con marcas oraculares constituyen un claro precedente de las artes adivinatorias que motivarían la aparición de los primeros caracteres chinos conocidos (ca. 1250 a.C.).

Las tres culturas reseñadas, siempre según Folch, tendieron a expandirse y relacionarse entre ellas, especialmente a partir del 4000 a.C. Fruto de esta interacción, verían la luz la cultura de Longshan (龙山文化) (2000-1850 a.C.) que, pese a consolidarse junto al Huáng Hé medio y bajo, acabaría alcanzando el Yangzi. Dedicada al cultivo de productos como el mijo y el arroz, sus sociedades también sobresalieron en el trabajo del jade, el cobre y, sobre todo, en la creación de taoties, figuras formadas por la esquematización de animales diversos y que servirían para decorar objetos de bronce.

Tras la desaparición de la cultura de Longshan, en las actuales provincias de Henan y Shanxi aparecería la cultura de Erlitou (二里头文化), que se desarrolló entre 1900 y 1500 a.C. en los albores de la Edad de Bronce. Su nombre procede del nombre de un yacimiento excavado en Henan en 1959 y, según los arqueólogos chinos, presenta vínculos históricos con la dinastía semimitológica Xia (siglos XXI-XVI a.C.). Este período fue testigo de una importante arquitectura palaciega, de sociedades fuertemente jerarquizadas y de un nivel de desarrollo nada despreciable.

También en Henan —así como en Hubei— afloró la cultura de Erligang (二里岡文化) (1600-1400 a C.), cuyo primer yacimiento vio la luz en 1951 y que correspondería a los inicios de la dinastía Shang (1600-1046 a.C.). La producción de bronce y cerámica constituye su rasgo más remarcable.

Más al sur, y siguiendo el curso del Yangzi, surgieron otras culturas a las que este río da nombre. Su dieta se cimentaba en productos acuáticos (tales como la castaña de agua), los tubérculos y las frutas. Quizá una de las más reseñables sea, entre el 3400 y el 2250 a.C., la cultura de Liangzhu (良渚文化), considerada como la última que destacó en la elaboración de objetos de jade. Su ámbito geográfico se ubica en el delta del Yangzi y destacó por introducir técnicas de irrigación que facilitaron el cultivo del arroz. De este período también se han recuperado numerosos objetos ceremoniales, como las hachas.

La cultura china no sólo se considera de origen fluvial por haberse forjado junto a los principales ríos asiáticos, sino porque sus momentos más álgidos siempre ha tenido como motor las grandes obras hidráulicas: desde la de Guanxian, promovida por Li Bang en el siglo III a.C. y que mejoró la irrigación de Sichuan hasta la aún inacabada presa de las Tres Gargantas, pasando por el Gran Canal (siglo VII). Algunos autores (como Delfs, 1990) sitúan en el inicio de la dinastía Xia (siglos XXI-XX a.C.) el inicio en China de la ingeniería aplicada al control de las aguas fluviales y de las frecuentes inundaciones que flagelaban el país.

En la imagen, urna del período Yangshao (Museo Guimet, París).