Sunday, July 22, 2007

Los fenicios en España

3.000 años después de su desembarco en la Península, aún permanecen en ella. A pesar de que el legado arquitectónico de los fenicios se encuentra a años luz de la espectacularidad de otros yacimientos de la Antigüedad (especialmente romanos), la sociedad del siglo XXI aún puede admirar la huella de este pueblo semítico.

A pesar de que algunas fuentes sitúan la fundación de Gadir (la actual Cádiz) ca. 1100 a.C., lo cierto es que otras tantas aseveran que la llegada de las naves fenicias al sur de Europa no se produjo hasta el siglo IX a.C. (precisamente, los restos más antiguos localizados en España corresponden a 800 a.C.). Ahora bien, ¿qué fue lo que impulsó a este pueblo oriental a llegar hasta los confines de Europa? Ciertos autores aluden a la riqueza minera del sur y del suroeste español, de la que también dio buena cuenta otra cultura de la época: Tartessos. Además, las excelentes aptitudes de los fenicios para la navegación y el comercio los empujaron a fundar pequeñas colonias fortificadas, de entre 1.000 y 1.500 habitantes, cuya economía se cimentaba en las transacciones, la artesanía (cerámica) la ganadería y la pesca. Su principal enclave fue, además de Gadir, el litoral malagueño y granadino.

A continuación, se resumen algunos de los enclaves peninsulares en los que se han hallado vestigios de la colonización fenicia.

Durante los últimos cinco años, algunas prospecciones han permitido recuperar interesantes restos de la época que nos ocupa. Sin ir más lejos, en diciembre de 2004, un equipo de arqueólogos de Ceuta recuperó en el centro de dicha localidad numerosos restos de recipientes cerámicos del siglo VII a.C., sobre todo asas de ánfora. Según informó en su día la agencia EFE, el hallazgo está considerado como uno de los más importantes de España debido a los escasos datos existentes en el país sobre la cultura fenicia.

Tan sólo unos meses antes, en abril de ese mismo año, el casco antiguo de Cádiz asistió a la recuperación de la primera muestra de una inscripción fenicia en la capital gaditana, correspondiente al siglo IX. Asimismo, dos años atrás, el Cine Cómico de dicha localidad también albergó el descubrimiento de un fragmento de una muralla defensiva fenicia de los siglos VIII-VII a.C., así como trozos de cerámica del siglo VI a.C. No obstante, Cádiz aún posee dos testimonios más de la dominación fenicia. Uno de ellos está situado en la Casa del Obispo (los vestigios citados pueden visitarse desde 2006); el otro, consistente en piezas procedentes de Chiclana, están en el Museo Arqueológico de Cádiz.

Estos restos se suman a los existentes en otro yacimiento gaditano: El Castillo de Doña Blanca, situado en El Puerto de Santa María. El complejo, excavado entre 1979 y 1995, acogía restos de murallas, necrópolis y viviendas fechadas entre los siglos VIII y III a.C. Frente a la costa, en la isla de Sancti Petri, se conservan restos fenicios y romanos. Y en la misma provincia, el término de San Fernando también ha sido escenario de descubrimientos arqueológicos ligados al período fenicio, sin obviar la necrópolis de los Algarbes, en Tarifa, excavada por Carlos Posac Mon entre 1967 y 1972.

En 2006, en la ciudad Málaga, salieron a la luz algunos restos arquitectónicos del siglo VI a.C. en el número 3 de la calle del Císter. También en la provincia malagueña, en Torremolinos, los fenicios han dejado una huella testimonial de lo que fue la antigua colonia de Saduce, y en los términos de Cartajima y Torre del Mar. No obstante, los principales restos fenicios de la costa malagueña se hallan en Vélez-Málaga, municipio que acoge una antigua manzana de casas de la época, del siglo VIII a.C. Concretamente, en el yacimiento de Las Chorreras, se han desenterrado hasta tres edificios. Por último, en el Cerro de las Torres (Álora, Málaga), se han hallado restos de entre los siglos VII y VI a.C.

En Huelva, apareció un muro fenicio (siglo VIII a.C.) en el Cabezo de San Pedro, durante unas prospecciones realizadas entre 1977 y 1978. En la misma situación se encuentra Cazorla, en Jaén, y Almuñécar (Granada), cuyo Parque del Majuelo alberga el rastro de los fenicios. También en esta localidad, el yacimiento de Laurita ha asistido a la recuperación de ánforas y vasijas conservadas hoy en el Museo Arqueológico de la capital granadina.

Fuera de Andalucía, otras provincias se han sumado al inventario arqueológico fenicio. Una de ellas es Murcia. En efecto, la pequeña isla de Escombreras, sita frente a la bahía de Cartagena, asistió a la recuperación de restos de época. Lo mismo ocurre con el Cerro de los Santos, situado a 8 kms de Montealegre del Castillo (Albacete), Guardamar de Segura (Alicante), Mazaleón (Teruel) y Santa Colomba de Somoza (León).

Mención aparte merece la isla de Eivissa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Según M. Taradell, ésta acoge 23 yacimientos: Puig d’es Molins (con una impresionante necrópolis fenicio púnica), Illa Plana, Cova d’es Cuieram, Puig d’en Valls, Talamanca, Cala Tarida, Car Cardona, Cala Vedella, Cala d’Hort, Coll de Cala d’Hort, Can Roques, Can Joanet, Can Sala, Ca na Jondala, Can Vildu, Ca n’Ursul, Sa Caleta (en la foto; fuente: www.eivissaweb.com), Can Gusac, Ca n'Arnau, Cala Sant Vicent, Can Jai y Can Vic. La vecina isla de Formentera también ha aportado testimonios de la presencia fenicia, pero en menor medida.